A mi el monitoréo no me molesta, es más, me gusta. Todos sabemos que estamos monitoreados en todos lados. Cada vez que nos metemos a internet o cuando hacemos una compra electrónica, también sucede cuando pasamos un peaje o usamos la huella digital para identificarnos en alguna Isapre. Ni hablar de la cantidad de cámaras que hay por toda la ciudad, tanto en la vía pública como en la propiedad privada. Sin embargo todos los métodos antes mencionados solo arrojan hábitos de consumo, o simplemente te graban como si fueras un potencial delincuente. Dada la lógica paranoica de muchas personas, no me resulta extraño que lo del monitoréo de las redes sociales se lleve a cabo. Es más, desde que existen se hace, y mucho antes también, y habría que ser ingenuo para pensar que esto nació recién la semana pasada.
Por mi parte prefiero que monitoreen lo que escribo y pienso, a que solamente se interesen en lo que compro o por donde me muevo, prefiero que estén encima mío en busca de ideas o de riesgos para el sistema establecido, y no simplemente por dinero.
Creo que lo del monitoréo puede ser hasta una oportunidad. Cuando se crea una tendencia en Twitter o Facebook, aparece en la prensa y se habla sobre eso, hemos vivido muchos casos, por lo tanto es una manera de movilizarse, de dar a conocer nuestra opinión y la de muchas más personas que piensan en la mayoría de los casos, de manera distinta a quienes manejan el poder.
Ojalá que sigan monitoreando, para que así puedan quizás escucharnos y saber que hoy en día también podemos movilizarnos virtualmente.
La gente tiene muchas cosas que decir, y si no las quieren escuchar, LÉANLAS !!!